Me atrevo hoy día de esta bebida especial, contarte acerca de la historia, mi historia con el café. Sigue siendo el té mi despertador predilecto. Pero debo confesar que este caballero me invadió para quedarse en mi corazón.
Y eso ocurrió porque como venezolana, me pareció que de esta semillita misteriosa debía yo saber por ser parte importante de la cultura de mi país.
Tanto, que el primer post de este blog hablé de un agradable recorrido que resultó ser el detonante de otros eventos que ocurrieron y en que lo tomé mucho más en serio. ¿Quieres saber lo que ocurrió desde entonces?
Te comparto un poco de la historia del café en Venezuela
Los cultivos vinieron, según se tiene registros de la Guyana Francesa, donde el Padre José Gumilla posee el título del primer cultivador del país en las riberas del Río Orinoco.
Viendo el potencial de ese llamativo arbusto, desde luego que «la moda» se propagó y no hubo familia, sociedad o compañía que no la incluyeran entre sus productos.
Y aunque le gusta el cafeto los climas templados, también le hacen falta los rayitos de nuestro sol tropical, preferiblemente a 700 a 1000 metros sobre el nivel del mar.
Llegaría a Caracas entonces de las manos de los relacionados con la iglesia y tuvo su presentación en sociedad en las haciendas de los Padres Mohedano y Sojo y Palacios, en un área que hoy en día se conoce como la Urbanización Country Club.
Luego, de nuevo buscando lo templadito, se fue a los andes donde se hizo por muchos años el producto principal de la región.
Y quise investigar más y más: ¿Cómo trabaja un barista?
Por supuesto que después de ese variopinto recorrido, quedé más curiosa aun. Fue mi meta entonces saber de la técnica de como se prepara un buen café. apunté a estudiar con baristas que me develaran la magia y misterio de esa transformación.
A pesar de estar en un entorno de cuidarse, logré establecer contacto con el trabajo de una barista extraordinaria y que le encanta transmitir lo que sabe. Está en el mundo del barismo desde los 18 años. Por lo tanto, el café también es parte de su historia personal.
Ana Bello nos mostró no solo lo esencial, sino la responsabilidad detrás de las máquinas, los métodos de extracción, sus orígenes además de la disciplina y rigurosidad que debe tener el responsable de la barra.
Además de inspirarme a hacer un café que en mi comunidad de mentes luminosas bautizamos como «Vereda Tropical», que es mezclado en coctelera con hielo, ron, leche y especias. Para los amantes exquisitos y más sofisticados paladares.
La variedad de café en Venezuela es una locura
Y no hablo de la semilla. Sino, de los nombres que le pusimos con sus matices de leche o intensidades de acuerdo al gusto.
Pareciera que fuera un reflejo de nuestra diversidad cultural, componente indígena, africano y europeo que es sin duda responsable de nuestra singular belleza.
De mente y de alma. De alma y de cuerpo. Agradezco todos los días tener mucho de todo eso.
Hoy tal vez, celebrando mi historia con el café me tomaré: un negrito, cerrero, tetero, con leche, marrón claro, marrón oscuro, capuchino, guayoyo… o
¡Sencillamente, a celebrar nuestro café!
Impresionante la historia del café, y te felicito Sheila al enterarme que también eres Batista.
¡Hola Ana! Gracias por estar siempre por aquí y por allá acompañándome. Si, me encanta todo lo que es compartir y ser feliz con todas las cosas y accesorios. Y como es parte de la cultura de Venezuela, me pareció importante saber algo más que la superficie. A la orden también en ese talento que me he apropiado y que es también, como todo lo mío, al servicio de los otros. ¡Salud! con una taza de café