Reinventar o recordar la cocina venezolana

Resulta que hay regalos que pides antes y te llegan después, ¡pero llegan! Me siento honrada de tener en este espacio a Martha Rodriguez Quintana a quien conocí digitalmente cuando comentaba mis post y en persona resultó ser aún más encantadora. Muchas son nuestras coincidencias (Además del swing, la voz sexy y el tumbao de nuestra piel). Si hay alguien que puede hablar de cocina venezolana es ella… Lean como la redescubrió. Tal como me pasó también a mi.



Reinventar o recordar la cocina venezolana. Mi observación me llevó a preguntarme acerca de esto, a raíz de que hace algún tiempo se hizo bastante difícil conseguir los ingredientes “tradicionales”.  Entonces, comenzamos a sustituirlos para preparar nuestras comidas cotidianas.

Reinventar la cocina venezolana

Constantemente, leo la palabra reinventar.  Pareciera que, en estos tiempos, ha cobrado mucha vigencia.  Dicen que lo constante en la vida es el cambio.   Por lo cual, en tiempos desafiantes como los que vivimos tiene mucho más sentido. Comer arepas de yuca, de plátano se fue haciendo común.

De boca en boca, se iban transmitiendo diferentes recetas que con el nombre de lo ya conocido incorporaban “nuevos” ingredientes.  Buscaban saciar no sólo el hambre del cuerpo, sino la del alma.  Tratamos de conservar nuestros platos y sabores.  Me preguntaba si era una forma de reinvención.

Y es que ¿puede existir algo que nos haga viajar más rápido en el tiempo? La evocación de un sabor en combinación con un aroma nos lleva en un amoroso retorno a nuestras madres o abuelas, quizás hasta los padres o tíos.

la sopa deliciosa de la abuela hecha con pocos ingredientes
El divino asopado de las abuelitas

No es de extrañar entonces, que nos esmerásemos en conservar esa memoria para nosotros mismos (quienes cocinamos) y para nuestros comensales.  Todo este proceso lo observaba, mientras estaba siendo protagonista, pues me tocaba “reinventar” todos los días.

Para algunas personas, era una forma de resignación.  Sin embargo, yo lo consideré un acto de rebeldía.  En un proceso creativo y de algún modo lúdico, podía incorporar nuevos elementos logrando sabores diferentes y deliciosos. Satisfaciendo una necesidad básica, ciertamente, pero sintiendo la libertad que, de algún modo, podría limitar una receta.

O ¿Recordar la cocina venezolana?

Todo este movimiento me generó mucha curiosidad.  Empecé a investigar un poco acerca de la comida venezolana.  Eso me llevó a la hipótesis de que posiblemente, no se trate propiamente de reinventar sino de   recordar la cocina venezolana, al utilizar yuca, por ejemplo, para elaborar las arepas.  Renació la venta de maíz pilado, desconocido para nuestras costumbres modernas que atienden a un ritmo de vida acelerado.

Los venezolanos, durante nuestra historia, hemos incorporado a nuestra gastronomía tradicional (maíz, papa, yuca) muchos elementos foráneos, gracias a la transculturización.  La cultura indígena originaria fue permeada por la cultura española, holandesa, africana, francesa, judía, alemana, norteamericana, italiana, portuguesa, entre otras.

Es por ello, que los venezolanos contemporáneos disfrutamos de una gran variedad de comidas que, de manera cotidiana, se sirven en nuestras casas y restaurantes, siendo para nosotros muy comunes y cercanas.

Tiempos de cambio

En épocas pasadas, el encuentro de nuestra cultura con la extranjera dio como resultado, tal vez de una manera no muy impasible, la transformación de nuestra gastronomía.  Es normal que el cambio genere resistencia.  Actualmente, la preparación de nuestros alimentos “con lo que hay” podría estar ampliando nuestra memoria culinaria, llevándonos a [re]incorporar de manera diferente los alimentos más tradicionales.

Puede que este momento sea propicio para revivir recetas mucho más sencillas, pero no menos sabrosas.  Ejemplos de éstas, se encuentran en el recetario de Tulio Febres Cordero, que data de 1899, titulado “Cocina Criolla o guía del ama de casa (para disponer la comida diaria con prontitud y acierto)”.  Según el prólogo del mismo autor, presenta alrededor de 200 recetas con:

las ventajas siguientes: 1) extrema claridad en el lenguaje; 2) uso de los comestibles y condimentos comunes en nuestros mercados; y 3) forma manuable y facilidad de obtenerlo a poco costo”. 

Creo que cumple suficientemente con los requerimientos de los tiempos actuales.

¡A disfrutar!

En lo personal, la cocina resulta un espacio para la creatividad, la relajación, el gozo. Tanto si estoy en el rol de cocinera, como si lo estoy en el de comensal.  Por lo que, podría ser que esto me haya hecho proclive a la aceptación de nuevas maneras de cocinar.

No quiero decir que no estoy conciente del entorno.  Sin embargo, si en algo ostento algo de superstición es cuando cocino.  Considero que es conveniente hacerlo con el mejor ánimo, pues las alteraciones emocionales pueden influir en el resultado.

Entonces, es preferible emprender la tarea con la mejor disposición, pues de lo que se trata, al final de cuentas es de brindar amor de una manera bonita, placentera.

De mis incursiones creativas registradas, recuerdo que una de las primeras recetas me la brindó SheEmprende: Natilla de auyama, de la que me hice adicta y a partir de la cual conocí la merengada de auyama. También celebro la Crazy Cake (torta sin huevo, leche ni mantequilla), hamburguesas de lentejas (conocidas como hamburguesas veganas), variedad de Mugcakes (sin huevo, leche, ni mantequilla), arepas de yuca, de plátano, de ocumo chino, entre muchas otras.  La cocina es una industria que no para y hay que comer, por lo menos, tres veces al día, en teoría.

crazy cake un ejemplo típico de la reinvención de la comida
Un delicioso pedazo de la crazy cake

Estas reflexiones acerca de reinventar o recordar la cocina venezolana, como una hipótesis, sólo pretenden ser una invitación a mirar las posibilidades que nos brindan las diferentes maneras de incorporar elementos a nuestra formas tradicionales o usuales de hacer las cosas.  Me encantaría conocer cuál o cuáles recetas has reinventado o recordado en estos tiempos.

 

 

3 comentarios

  1. ¡Qué bello post Martha! Una linda manera de ver lo que me tocó vivir en el cambio de alimentación que sentí ‘obligado’ y es en realidad una forma de recordar nuestro origen. Aunque en mi pueblo la masa de maíz pilado sigue vigente desde otros tiempos y hoy la extraño tanto.

    • ¡Gracias Ana Lulú! Te comprendo porque yo sentía lo mismo. Cuando comencé a investigar para escribir el post, me conseguí la sorpresa. Debo decir que me sentí reconfortada. Aunque la creatividad siempre va a idear nuevos platos, incorporando nuevos ingredientes. Entonces, en algún momento estaremos reinventando y en otro estaremos recordando. Agradecida por haber leído mis líneas.

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